Los Maravillosos Dos Años

Los terribles dos años es una frase popular para definir a los niños de esa edad. Con respecto a los cambios que atraviesan los peques he escuchado de todo:
"Es una edad muy difícil."
"Empiezan los berrinches y pataletas, ¡tienes que aprender a controlarlos!"
"Se ponen muy fastidiosos ¡y agresivos!"
"No quieren hacer caso."

"Todo es no, no, no." 
Algunos los llaman los maravillosos dos, en un esfuerzo por redimir la gracia y vitalidad que desarrollan los niños en este período.



Mi palabra favorita para definir esta etapa es aDOSlescencia.

Los cambios que viven al cumplir los 2 años son muy similares a los que experimenta un joven alrededor de los 12 años: revelándose contra el mundo para probar sus propias hipótesis.
El niño está aprendiendo a descifrar el mundo y comprenderse a si mismo como un individuo separado de su madre (o figura de cuidado más cercana).
Las semejanzas entre estas etapas se pueden analizar estudiando los Cuatro Planos del Desarrollo definidos por Maria Montessori. La infancia y la adolescencia son los períodos creativos, de mayor actividad, y que necesitan más atención y cuidado; son estas las fases más importantes y difíciles del desarrollo humano.


Pero para los padres, ¿qué es lo terrible de esta etapa?
Para mi, lo terrible fue tener al frente a un niño que llora y grita, casi constantemente, y no tener la capacidad para observarlo calmadamente, ni las herramientas emocionales para contenerlo.

En mi subconsciente, escuchar su llanto y sus quejas me recordaba a mi propia infancia, y me hacía chocar constantemente con todos los muros que durante años construí para negarme a ver a esa niña que lloraba.

Confrontar las críticas de "los otros", las miradas y comentarios instigadores del detractor de turno.

Reconocer las emociones que mantenía ocultas, enterradas bajo la superficie. Intentar fallidamente resistirme a todos mis miedos, a mis peores "defectos", y tener que verlos todos vivos, materializados fuera de mi.

"Cada bebe es una oportunidad para su madre o persona maternante para rectificar el camino de conocimiento personal."
- Laura Gutman, La maternidad y el encuentro con la propia sombra.

¿Qué pasaría si en vez de verlos como "los terribles dos", los entendemos como una experiencia única y maravillosa para observar pacientemente a nuestros propios demonios y de una vez por todas aceptarlos?

Si aprovechas esta oportunidad, en mi experiencia, no solo creces como padre, también floreces como ser humano.



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